domingo, 1 de enero de 2012

José Luis Manzano, actor errante


En apenas dos meses, se cumple el 20 aniversario de la muerte del protagonista de Navajeros, Colegas, El Pico o La estanquera de Vallecas, grandes éxitos del cine español de los ochenta

SANTI LOMAS | MADRID

Han pasado casi veinte años desde que José Luis Manzano falleciera, el 20 de febrero de 1992, en Madrid. Puede que su nombre no les diga nada a muchos, pero su cara sí que hace recordar a la gente que ya ha pasado la treintena. Se puede decir sin problemas que se trata de uno de los rostros más populares del cine español de los años ochenta, así como de uno de los más cruelmente olvidados. Su vida, forjada en el extrarradio madrileño, y su carrera cinematográfica, desarrollada al lado del director Eloy de la Iglesia, son una montaña rusa de altos y bajos. Manzano conoció el éxito más rotundo, pero también la soledad y el rechazo de una España que había cambiado, al menos en apariencia.

Hablar de su vida no es fácil. Son muchos los que han escrito en la red sobre él, unos contradiciendo los datos de otros. Los mayores puntos de encuentro de todos los que escriben son sus películas. Desde su artículo en Wikipedia lleno de falsedades a otros escritos con mayor credibilidad y documentación, el objetivo de este texto es pasar por esos “puntos de encuentro” que gozan de mayor credibilidad. Asimismo, confío completar este post con otro en breves, pero no adelanto nada sobre él.

Nacido en 1962 o 63 (algunos señalan hasta 1964), parece que vivió en la zona de Vallecas en una familia numerosa de hasta 8 hermanos. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por las difíciles condiciones de la vida en el extrarradio de aquellos años, repleto de familias de clase obrera venidas de regiones más desfavorecidas de la geografía española.

Según la fecha de nacimiento de la que se parta, José Luis Manzano conoció a Eloy de la Iglesia con 15, 16 o 17 años, hacia finales de los años setenta. El cómo sigue siendo debatido. [Le descubrí] de la forma tradicional. Hicimos pruebas fotográficas, porque no había medios para más, a centenares de chicos, para todos los papeles de la película [Navajeros]. […] No buscábamos navajeros auténticos, que, al fin y al cabo, eran una minoría. Simplemente a esos chicos que se buscan la vida como pueden”, afirma Eloy de la Iglesia en el libro que el Festival de San Sebastián dedicó a su figura en 1996.

Con estas declaraciones quedaría negado el pasado cuasi-delictivo que algunos asocian a la juventud deManzano; sin embargo, no son pocos los que ponen en duda este casting, y aluden a otras formas de selección que no puedo poner por escrito por la falta de consentimiento de las fuentes. Al parecer, Eloy y Manzano vivieron juntos en torno a un año o un año y medio antes de la realización de su primera película juntos, lo cual podría añadir más peso a esta segunda opción sobre cómo se conocieron. También conviene destacar la fuerte relación personal que ambos mantuvieron en los años posteriores.

Tras este primer año de convivencia, estrenaron la película Navajeros (1980), en la que se abordaba bastante mitificada la vida del delincuente juvenil ‘El jaro’, y con la que De la Iglesia de sumó al llamado ‘cine quinqui’ de la época. El filme fue un éxito y proporcionó gran popularidad a Manzano, al que muchos todavía le siguen reconociendo como ‘el que hizo de El jaro’. Sin embargo, debido a que no sabía leer y escribir, fue doblado por el actor Pedro Mari Sánchez.
Mientras Eloy de la Iglesia rodaba su siguiente película sin él, La mujer del ministro (1981), Manzano colaboró en Barcelona Sur, un título menor y muy desconocido del cine quinqui.

En ese tiempo, De la Iglesia le animó a asistir a clases nocturnas para aprender a leer y escribir, con vistas a que se doblara a sí mismo en el próximo proyecto que tenían en común, Colegas(1982). En este filme, los hemanos Antonio y Rosario Flores y él son el trío protagonista. Manzano interpreta a José, un chico que ha dejado embarazada a su novia Rosario, y junto al hermano de esta, Antonio, tratarán de conseguir dinero de formas más o menos lícitas que permitan pagar un aborto. Debido a su carácter popular, la cinta gozó de una gran acogida por parte del público, sobre todo juvenil. Tuvo más de medio millón de espectadores y recaudó más de cien millones de pesetas, según José María Caparrós Lera en su libro El cine español de la democracia.

El éxito obtenido y la relativa aceptación de la crítica, que casi siempre había mostrado hacia De la Iglesia cierta hostilidad por su estilo aparentemente descuidado, llevaron al director y su equipo a afrontar un proyecto mucho más complejo, en el que Manzano debería interpretar a un personaje en principio muy ajeno a él.El Pico (1983) le presenta como Paco,el hijo de un Guardia Civil que, junto a su amigo Urko, hijo de un líder político abertzale, se inician en el consumo de heroína. Esta mezcla de drogas, política, terrorismo, problemas paternofiliales y sexo supuso el mayor éxito cinematográfico de la vida de Manzano y de toda la carrera de Eloy de la Iglesia. Un millón de espectadores, más de 4.500 días en cartel y más de 220 millones de pesetas recaudadas son las cifras que, según, de nuevo, José María Caparrós Lera, avalan al filme.

Por esta época, se dice que Manzano recibió la oferta de una beca en el mítico Actor’s Studio de Nueva York donde se formaron actores como Marlon Brando, James Dean o Robert DeNiro, que finalmente rechazó por el problema del idioma: aprender inglés se le presentaba difícil, tras haber aprendido a leer y a escribir tan solo dos años antes.
Su popularidad atrae la atención de los medios, llegando a ser portada en publicaciones como ‘Party’, una de las primeras del colectivo gay en España, donde se le presentaba como “un chico pasoliniano”. En la entrevista que ocupaba las páginas interiores de la revista afirmaría: “Yo no sé porque son tan escandalosas las películas de Eloy, te aseguro que no lo pretendía en absoluto. Las historias que cuenta son absolutamente reales y la gente joven , en las grandes ciudades, fuma porros, se pincha, hace el amor con chicos y chicas y si no tienen otra salida se entregan a la delincuencia. Vivimos en una sociedad que se molesta mucho cuando se habla de drogas, pero es ella la que esta completamente drogada y la que mueve hábilmente los mecanismos para que se consuma”.

Debido al éxito, Eloy de la Iglesia y sus colaboradores habituales se apresuraron a confeccionar una secuela,El pico 2, estrenada en 1984, en la que, tras la muerte de su amigo Urko, el protagonista encarnado por Manzano, viaja a Madrid acompañado de su padre con el fin de desintoxicarse, aunque de manera frustrada, dada la falta de recursos para ello en la época. Su personaje acabará en la cárcel de Carabanchel viviendo todo tipo de situaciones truculentas y con su salida, se verá inmerso de nuevo en problemas cada vez más graves con la justicia, a la que su padre representa.

El estilo digamos “realista” de De la Iglesia lleva a Manzano a aparecer desnudo en todas sus colaboraciones: al igual que otros directores de los setenta y ochenta –también homosexuales, también controvertidos-, parece orgulloso de enseñar lo que, según algunos, se lleva a la cama, al igual que Pasolini hacía con Ninetto Davoli y Fassbinder con Armin Meier. Dicho “realismo” también dio lugar a las controvertidas escenas de El pico y su secuela en las que los actores se pinchan en las venas de manera real (otra cosa es el contenido de sus jeringuillas, nunca especificado), que incrementaron su popularidad. No se escatima en escenas violentas y sexuales con el fin de dar veracidad y atraer al público al cine en todas estas películas.

Por desgracia, lo que se mostraba como –hasta cierto punto- ficción, era más real de lo que parecía. Muchas de las situaciones de estas dos últimas películas podrían parecer hasta proféticas de la vida de José Luis Manzano. Se dice que durante el rodaje de Colegas, el equipo habitual de De la Iglesia empezó a coquetear con las drogas con las drogas duras, entre las que destacaría la ya comentada heroína, que les acarrearía un futuro aciago a la mayoría, como veremos más tarde. Llama la atención la postura aparentemente crítica que se hace del mundo de la drogadicción y la crueldad en cómo se retrata en el díptico El pico teniendo en cuenta que De la Iglesia y su guionista, Gonzalo Goicoechea, estaban enganchados. El rostro de Manzano se revela cada vez más ojeroso y deteriorado en estas películas y, no se sabe bien por qué, pero se puede intuir, finalmente, fue doblado de nuevo en El pico 2: no se utilizó su propia voz como en las sus películas anteriores.

Mientras Eloy de la Iglesia rueda en el País Vasco una adaptación de Henry James, Otra vuelta de tuerca (1985) sin el actor, Manzano forma parte del elenco de Los pazos de Ulloa, la versión de la novela de Emilia Pardo Bazán que el director Gonzalo Suárez prepara para Televisión Española.

Sin embargo, la vida personal del actor se va deteriorando por su adicción. Su director habitual le llama para coprotagonizar La estanquera de Vallecas(1986) junto a José Luis Gómez y Emma Penella. Sus problemas con la droga le impiden de nuevo doblar su voz en esta nueva película, tarea que realizará el entonces joven Fernando Guillén Cuervo, a instancias de su padre, Fernando Guillén, que tiene un papel secundario en el filme y coprotagonizó El pico 2.

Todo lo que sucedió desde entonces viene envuelto por una cierta incertidumbre. Eloy de la Iglesia abandonó temporalmente la dirección de películas para desintoxicarse durante varios años. Sin embargo, una vez desintoxicado, lo tuvo difícil para volver a ponerse tras las cámaras, hecho que no tendría lugar hasta que en 2001 se encargó de adaptar para el programa'Estudio 1' de Televisión Española la obra Calígula, de Albert Camus. Pero para entonces, han sucedido muchas cosas, la mayoría malas, nefastas.

Tras el estreno de La estanquera de Vallecas, José Luis Manzano contrae matrimonio con una chica que conoció durante el rodaje: algunos dicen que a través del productor Ángel Huete; otros aseguran que se presentó en los estudios proclamando su amor por el actor. Sin embargo, el matrimonio dura tan solo unos meses y Manzano se ve atrapado en una espiral de droga y autodestrucción que le dejará en la indigencia en poco tiempo. Estamos en 1988.

En este mismo año moría su compañero "Pirri", actor también en Navajeros, Colegas y El pico 2, a los 23 años en un descampado. Las drogas o el sida arrastrarían en los próximos años a Javier García (intérprete de Urko en El pico), Lali Espinet (Betty, en los dos Picos), Antonio Flores, entre otros…

La vida de Manzano parece reconducirse por un tiempo de la mano de Pedro Cid, cura de Getafe que trabajaba habitualmente en la época con heroinómanos y enfermos de sida, procurando su rehabilitación y estabilidad. Gracias a Pedro Cid parece deshabituarse temporalmente de su adicción y trata de abrirse paso en el mundo audiovisual desde abajo, mediante algunos cursos o como becario en una productora de televisión.

Desafortunadamente, en una de sus recaídas, en julio de 1991 se ve envuelto en el atraco a un viandante en plena Gran Vía madrileña, siendo condenado a cárcel. Es desde la cárcel desde donde ofrece una conocida entrevista a la revista Interviú, contando su desesperada situación, señalando a su madre y a Pedro Cid como las únicas personas que seguían a su lado.

A su salida de la cárcel, vuelve a intentar su desintoxicación. Estamos ya a principios de 1992. Sin embargo, el 20 de febrero de 1992, su cuerpo aparece sin vida en un piso propiedad de Eloy de la Iglesia, con el que parecía haberse reconciliado. “José Luis Manzano, actor que cumplía condena en régimen abierto en Madrid, falleció el jueves por una sobredosis de droga”, fue su obituario en 'El País'.

FOTO 1: Primera aparición de José Luis Manzano en Navajeros (1980).
FOTO 2: Manzano y Eloy de la Iglesia en el piso del segundo, a principios de los ochenta.
FOTO 3: El actor encarnando a 'El jaro' hacia el final de Navajeros.
FOTO 4: Manzano, Javier García y Lali Espinet en una escena de El pico (1983).
FOTO 5: La portada que la revista 'Party' dedicó al actor a mediados de los ochenta.
FOTO 6: Cartel de La estanquera de Vallecas (1986).
FOTO 7: José Luis Manzano, en el que sería uno de sus últimas imágenes en cine, al final de La estanquera de Vallecas.

4 comentarios:

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  2. Este fue un gran actor así sigue siendo la vida Pero sin tanta heroína entre los jóvenes

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  3. Este fue un gran actor así sigue siendo la vida Pero sin tanta heroína entre los jóvenes

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