sábado, 8 de octubre de 2011

'Histoire de Melody Nelson', de Serge Gainsbourg. El espíritu del éxtasis.

Histoire de Melody Nelson es un disco de Serge Gainsbourg publicado en 1971 por la discográfica Phillips. Si bien cuando salió al mercado no fue un superventas, sí es el título con el que la obra musical de Serge Gainbourg toca techo, es su mejor disco, el que mejor capta su esencia. Surgió en un momento en el que la vida personal del llegó también a lo más alto. Cuando Gainsbourg confirmó su reputación como provocador y se configuró como uno de los cantantes mejor vendidos en Francia a finales de los 70, Melody Nelson fue recuperado por el público, consiguió el disco de oro e hizo crecer entre el público la buena recepción que el álbum ya había tenido por parte de la crítica.

Gainsbourg, que había empezado escribiendo tan solo chanson française, viendo que eso no le daría de comer (por mucho que Boris Vian le hubiera apadrinado en sus inicios y hubiera ganado el premio Charles Gros a mejor álbum en 1959), apostó hacia finales de los 60 por el pop y empezó a configurarse como una gran figura mediática. En 1965 compuso la canción ganadora del Festival de Eurovisión Poupée de cire, poupée de son que lanzó a la fama a France Gall. Más tarde tuvo como amante a la mujer más deseada de Francia, Brigitte Bardot: fruto de esa relación ella obtuvo sus más grandes éxitos como cantante, él sacó uno de sus mejores albums (abiertamente pop, sí) Initials BB y nació la canción Je t’aime moi non plus, grabada por ambos, pero “secuestrada” por Bardot, que veía en su publicación la humillación definitiva a su marido de entonces, pues era de sobra conocida su relación con Gainsbourg. Tras Bardot, Serge conoció a Jane Birkin, la que sería la mujer de su vida, aunque se llevaran veinte años de edad. Con Birkin lanzaría por fin Je t’aime moi non plus, que tendría difusión en todo el mundo y sigue vigente hasta hoy como un símbolo de la cultura pop. Descubrieron el escándalo y el éxito más rotundo con este tema, universalmente conocido. Tras él, grabaron su primer álbum juntos, rodaron películas como actores (él como compositor, también) y, dado que parecía tener garantizada cierta reputación y una situación acomodada, Gainsbourg apostó por sus dos mejores proyectos vitales: su mejor disco, Melody Nelson, y la que sería su hija predilecta, Charlotte.

Histoire de Melody Nelson llevaba en mente de Gainsbourg años, surgiendo tras el sueño frustrado de hacer un musical de Lolita, de Nabokov. Con la ayuda de Jean Claude Vannier como arreglista y co-autor de algunos títulos, decidió sacar adelante este álbum conceptual. Es conceptual pues responde a un concepto, en este caso, contar una historia, como otros grupos ya habían empezado a hacer (véase Tommy, de The Who). Melody Nelson surge así en un momento de cambio en la música.

La historia del disco es la de un hombre adulto que una noche, transitando con su Rolls Royce por un barrio marginal choca con una chica pelirroja, inglesa, de 15 años que va en bicicleta. Su aspecto inocente como de muñeca y su innegable atractivo hacen surgir la chispa. Nace así una relación idílica en la que no importan la edad ni las condiciones de cada uno. Ambos acaban en la cama de un hotel de cuidada estética (espejo en el techo incluido). Al éxtasis del sexo le sucede la nostalgia: Melody toma un avión para regresar a su Inglaterra natal pero nunca llega a su destino. Destrozado, el protagonista acaba delirando, invocando a los aviones que ve pasar por el cielo (como ciertas tribus africanas durante la Segunda Guerra Mundial) para ver si alguno cae y le trae de vuelta al objeto de sus pasiones.

En tan solo 27 minutos Gainsbourg, pegado al micrófono, narra y canta, aborda la pasión más que con palabras, con música (lo cual es un verdadero mérito creativo teniendo en cuenta lo buen letrista que era), y también revela las claves de su estética, presente en el resto de su obra. En términos musicales, al francés gutural de Gainsbourg le acompañan intervenciones de Jane Birkin, y los arreglos de Jean Claude Vannier, magistrales, que determinan por completo el espíritu del disco: a la presencia constante del bajo en primer término (incesante, sórdido) se le suman batería, guitarras eléctricas (algo totalmente inusual en la discografía gainsbourgiana), sección de cuerda (una de las claves del sonido tan particular del disco: suntuosas, arrastran al mundo de los sentidos y pasiones que propone el autor), entre otros elementos, como el memorable coro final de 70 componentes.

En cuanto a la estética, es un compendio de muchos elementos recurrentes en los discos posteriores de Serge. En primer lugar, está esa lolita protagonista corrompida por un hombre mayor (que aparecerá deformada y peor dibujada en la Samantha de You’re under arrest, o se aprecia también en los duetos con su hija Charlotte que sembraron la polémica en la Francia de los ochenta como Lemon incest y Charlotte for ever); están también el lujo y la alta cultura, las referencias al arte de categoría (véase el Rolls Royce Silver Ghost, el hôtel particulier de influencias barrocas); así como una historia de pasión extrema –nada de amor convencional- que la violencia o el destino frustran (esto se verá de nuevo en la relación del periodista y la peluquera negra del disco L’homme à tête de chou o la relación entre el camionero homosexual Joe Dallesandro y el andrógino Johnny-Jane Jane Birkin de su primera película Je t’aime moi non plus) que se narra con particular énfasis en los detalles más inesperados (las braguitas de la niña, el pelo rojo “natural”). Asimismo está presente la idea de que el mejor medio para conservar la belleza con el paso de los años y hacer surgir el mito es la muerte (véanse los casos de Marilyn Monroe o James Dean): al morir en plenitud física y mental no hay sitio para la decadencia, el protagonista siempre recordará a Melody como un ser vivo perfecto.

Desde su publicación en 1971, el álbum tuvo una gran acogida por parte de los especialistas. Fue considerado por la crítica “el primer poema sinfónico de la era pop”. Multitud de grupos actuales reconocen su influencia tanto por el sonido como por su estética y aparece siempre en los ránkings, listas y libros de los mejores álbumes de los 70, así como de la historia (por delante de discos de Led Zeppelin, Bob Dylan y otros nombres más conocidos que el de Serge). El disco sirvió también para configurar la imagen de poeta maldito que quiso dar Gainsbourg durante sus últimos veinte años de vida (diseñado por Jane Birkin, este modelo incluye el pelo largo, la barba, el eterno cigarro Gitanes,…): aparece por primera vez en las páginas interiores de la edición en vinilo. En la portada aparece Jane Birkin personificando a Melody, con el botón del vaquero abierto pues ya estaba embarazada de Charlotte Gainsbourg, tapándose el pecho con un mono de peluche (con el que, por cierto, fue sepultado el cantante en 1991, propiedad de Birkin).

A pesar de las limitaciones fronterizas con que se topó Gainsbourg tanto vital como creativamente por cuestiones como el idioma, durante los últimos años es un valor musical en alza en Europa. Aquí en España, donde hace unos años apenas se podía encontrar el CD de Melody Nelson, ahora está publicada toda su discografía en distintos formatos, se editan biografías sobre él e incluso distribuyen su fallido y decepcionante biopic con buenos resultados comerciales. Si bien sus elepés no entraron en España durante el franquismo, la discográfica Phillips permite ahora que gente como yo se haga con los vinilos de sus discos. La experiencia de Melody Nelson en LP con dos altavoces es inmejorable, es el éxtasis, escuchar al mismo nivel el bajo, las cuerdas, el francés. Para los que no aspiren a tanto, aquí dejo el especial que Jean Cristophe Averty dirigió para la televisión francesa y que fue emitido en la Navidad de 1971 en el que se ponen imágenes a la música del disco empleando técnicas de vídeo pioneras en la época:

1-. Melody.

2-. Ballade de Melody Nelson.

3-. Valse de Melody.

4-. Ah! Melody.

5-. L’hôtel particulier.

6-. En Melody.

7-. Cargo Culte.

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